domingo, 24 de julio de 2016

La "reinstauración" del encanto.

“Para mi próximo truco, necesito que me beses y haré aparecer mágicamente mariposas en el estómago”.  Pablo Neruda.

Él era optimista, aunque estaba convencido de que el Mundo no era más que una jodida mierda y que no lo cambiarían ni engominados ni encoletados. Por otra parte, en lo referente a los afectos y emociones, había guardado lágrimas y  caricias en el congelador a la espera de poder usarlas más adelante, aun sabiendo que estaban a punto de caducar. Sus círculos personales afectivos y desafectivos se empeñaban en hacerle creer que la vida no era más que un lluvioso Lunes, de cielo gris perpetuo, algo similar a un gris institucional
en funciones. El desencanto se había acomodado. Desde hacía tiempo, la suerte no paraba en su portal.

No creía en brujerías, si bien era cierto que en el interior de su congelador había introducido algunos papeles con nombres de políticos y de amores no correspondidos... por si acaso. Tampoco creía en hechizos, ni pócimas... pero cuando la vio a ella, tan dulce, en la terraza del bar, repasó mentalmente sus apuntes de Acción Poética y aprovechando su voz baja en la penumbra de la calle Mayor, le dijo acercándose a su oído: “Si crees en mi magia, déjame besarte en los labios y haré que te aparezcan mariposas en el estómago” y por arte de magia, se "reinstauró" el encanto.


1 comentario:

  1. Nunca había oído hablar de círculos desafectivos... :)
    Siempre existe la posibilidad de renacerse.
    Un abrazo.

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