viernes, 22 de mayo de 2015

Almas vencidas, noches perdidas.

"Almas vencidas, noches perdidas, ... amor, celos, cenizas y lumbre, dolor y pecado, todo eso existe, todo eso es triste, todo eso es... ¿la vida?

A Saturnino Buendía se le habían cagado las hadas, además de la conjunción planetaria que se había dispuesto de tal forma que le jodía la vida. Saturnino era consciente que de un tiempo a esta parte, ni un solo día, el sol había salido de manera que le hiciera honor a su apellido. Pensó de todo, incluso quitarse de en medio para no estorbar, pero tras largos razonamientos, decidió seguir adelante, con la cabeza alta, pasase lo que pasase. Ni el excremento mas diarreico de hada alguna podría amagarle la vida, que consideraba que no era un cumulo tristezas y melancolía... Solo o acompañado, tan solo quería salir del pozo, sin arrastrar a nadie al fondo. Cuestión de paciencia, convicción y fortaleza mental, que dosificaba concienzudamente mientras destierra el "quepenamedoy". Disfrutaría de la vida si o si.

Mientras tanto Mariano seguía durmiendo, como siempre con su corona de laurel que sus amigos le compraron en un chino. Ya estaba su imagen ajada, tanto las hojas de plástico de su laurel, como su pelo teñido de camomila, pero cuando se miraba ante su espejo a modo de madrastrona de Cenicienta, éste no le devolvía la realidad, igual que su camarilla de amigos y cortesanos, quienes le reían sus gracias a cambio de regalías. 

Son las 5.30 de la mañana, hace un frío que jode, dicen que es bueno para el cutis. Saturnino Buendía se dispone a asearse, para ello se mira ante el reflejo que le devuelve la gruesa luna desde el interior de su cajero automático, retira los cartones del suelo y se dispone a salir a la calle, no sin antes miccionar en la esquina mas oscura del habitáculo del banco que le quitó el piso, espantó a su mujer con sus hijos y le quiso hundir en la miseria.


2 comentarios:

  1. Buena reflexión la de Saturnino,disfrutar de la vida si o si , si lo cree quizás le cambie la realidad,,saluditos

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  2. Ay pobre Saturnino, pero seguro que todo cambiará, bueno al menos esperemos.

    un abrazo

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